El Torreón, como se conoce a esta finca, formó parte de la Red de Telégrafos Ópticos construidos a partir de 1850. Más tarde, pasó a ser propiedad del Premio Nobel de Literatura Jacinto Benavente, quién residió en «El Torreón» los últimos años de su vida. 

 

Muchos de los caminos, senderos, miradores y bancos de piedra que hoy se conservan son originales de esa época. Se cuenta que Don Jacinto pasaba largas horas paseando, escribiendo en sus mesas de piedra y buscando la inspiración en las maravillosas vistas que hoy también podemos disfrutar nosotros…